lunes, 23 de agosto de 2010

Introducción a una filosofía latinoamericana (II)


Enrique Dussell y la Filosofía de la Liberación Latinoamericana

Como lo hemos anunciado en el número anterior, en el presente se expondrá de manera muy resumida el pensamiento de uno de los mentores de la Filosofía de la Liberación: Enrique Dussell. Nacido en la ciudad argentina de Mendoza en el año 1934. Seglar, casado, residente actualmente en México. Doctor en filosofía en la Universidad Central de Madrid, Doctor en historia en la Sorbona de Paris, Licenciado en Teología, miembro fundador de la Asociación Ecuménica de Teología del Tercer Mundo. Su obra es prolífica y abundante: “Filosofía ética latinoamericana”, “Ética comunitaria”, “El encubrimiento del otro”, “Ética de la liberación”, etc.

Eurocentrismo vs. Alteridad*

En la búsqueda y la construcción de un pensar propio para Latinoamérica, es decir, de una filosofía de la liberación latinoamericana, Dussell intenta un desmonte del pensamiento occidental eurocentrista. Pues una filosofía de la liberación no puede construirse sin una simultanea destrucción de los discursos filosóficos dominadores. Este pensamiento eurocentrista debe ser considerado, desde sus orígenes mismos hasta Heidegger, como ontológico. Por ontología se entiende aquí, el pensar desde la totalidad y para la totalidad, donde no existe lugar para la alteridad del Otro, pues el Otro es tratado como ente subsumido ya a la totalidad. La ontología es totalitaria por ser la recurrencia de lo mismo sobre lo mismo: mismidad que niega todo espacio para la alteridad.
La filosofía de la alteridad de Dussell desemboca en la exigencia de una filosofía desde y para Latinoamérica y el Tercer Mundo. Exigencia que pasa por el compromiso de la filosofía de la liberación con el Otro, entendiendo por este “el pueblo latinoamericano”. Desde tal punto de vista la filosofía de la liberación, como teoría orgánicamente comprometida con el proceso de ruptura del pueblo, debe estar definida en función práctica en vista a la liberación de las naciones y clases oprimidas. Además, explica Dussell, la filosofía de la liberación debe saber pensar los temas coyunturales y ejercer una crítica constante de la sociedad, pero no desde una mera postura teórica sino práctico-política.

Levinas y Marx en Dussell.

Las ideas de Levinas sirven de apoyo como punto de partida para el concepto del Otro de Dussell. Pero Dussell replantea este concepto a partir de las tareas de la liberación. El Otro era entendido por Emanuel Levinas de una manera teológica. Dussell trabaja la antropologización del concepto del Otro. El Otro es, ante todo, el hombre que se manifiesta, que dice su propia palabra.
Subrayando el concepto de Levinas, Dussell al mismo tiempo lo considera ambiguo porque en Levinas el Otro es “absolutamente Otro” y esa interpretación es un equívoco, no compresible, incomunicable, no puede ser vinculado con la tarea de la liberación. Según Dussell, el mérito fundamental de Levinas radica en el hecho de haber descubierto la dimensión de la alteridad del Otro con respecto a la totalidad. Sin embargo, a los ojos de Dussell, Levinas es todavía europeo: su Otro es todavía abstracto y pasivo. Por lo demás, Levinas nunca imaginó que el Otro pueda ser el indio, el negro o el asiático. Esta última consideración de Dussell nos da pié para afirmar que la metafísica de la alteridad pasa por una politización del Otro fenomenológico de Levinas a través del concepto de pueblo, oprimido, etc.
Dejando de lado a Levinas, Dussell reconoce la necesidad de un discurso marxista coherente y completo para América Latina. Se presupone pues una lectura latinoamericana de la obra de Marx. En primer término, Dussell acepta el punto de partida del análisis marxista al conceptuar la historicidad de América. América Latina es vista por él con los lentes de la contradicción fundamental de la sociedad capitalista contemporánea, la contradicción entre el capital y el trabajo asalariado, entre las crecientes fuerzas productivas del capital y las formas de apropiación del capitalista.
En sus comentarios sobre la obra de Marx se definen con mucha mayor claridad y espíritu de partido, los conceptos de otro y totalidad: el Otro es definido como “trabajo vivo”, el trabajador mismo como Otro que el Capital. El Otro es considerado idéntico a la clase obrera, distinto de la clase capitalista; la totalidad dominadora adquiere a partir del análisis marxista un carácter clasista determinado, ella será ahora el capital, el cual subsume como elementos suyos el trabajo vivo, la tecnología, etc.
En el próximo número seguiremos conociendo la filosofía de Dussell.

* Alteridad: del latín Alter que significa otro. Significa básicamente reconocer al otro en su subjetividad, más allá de las diferencias de raza, color y clase social.


Mamangá.

1 comentario:

Rodolfo Plata dijo...

JAQUE MATE A LA DOCTRINA JUDAIZANTE DE LA IGLESIA. La importancia de la crítica a la cristología de san Pablo, radica en que nos aporta los elementos de juicio necesarios para visualizar nítidamente __la omisión capital que cometió Pablo en sus epístolas al mutilar al cristianismo de la doctrina más importante para la humanidad. Desechando la prueba viviente de la trascendencia humana que se alcanza practicando las virtudes opuestas a nuestros defectos hasta adquirir el perfil de humanidad perfecta (cero defectos) patente en Cristo. Disciplina que nos da acceso a los contenidos, enseñanzas y potencialidades del espíritu__ Y la urgente necesidad de formular un cristianismo laico enmarcado en la doctrina y la teoría de la trascendencia humana (sustentada por filósofos y místicos, y ratificada por la trascendencia humana de Cristo); a fin de afrontar con éxito: “el ateismo, el islamismo, el judaísmo, el nihilismo, la nueva Era y la modernidad”, que amenazan con sofocar el mensaje universal de Cristo. http://es.scribd.com/doc/73946749/Jaque-Mate-a-La-Doctrina-Judaizante-de-La-Iglesia