jueves, 2 de septiembre de 2010

PAULO FREIRE Y LA PEDAGOGÍA DE LA LIBERACIÓN (I) y (II)



Por Rubén Capdevila

“Nadie educa a nadie,
nadie se educa solo,
los hombres se educan entre si,
mediatizados por el mundo”
(Paulo Freire)

Para entender a Paulo Freire y poder dimensionar la importancia historico-social de su obra es imprescindible inscribirlo en el amplio movimiento intelectual que, entre los años 60 y 70, surge como una fuerte contestación ante el sistema de dominación y opresión del capitalismo ejercido sobre la América Latina. Debemos traer a la memoria en este momento lo que fue el resultado de la reflexión de la Iglesia sobre la realidad latinoamericana hacia el año 1968 y que desembocaría en la llamada Teología de Liberación; recordar también la Filosofía de la Liberación de Enrique Dussel y, como coronario la Pedagogía del la Liberación o Pedagogía del Oprimido de Paulo Freire, de quien ampliaremos en este articulo.
Paulo Freire nace un 19 de septiembre de 1921 en el Barrio Casa Amarela, Recife – Pernambuco, criado en el seno de una familia peculiarmente religiosa: su padre era un espiritista y su madre, católica. En su juventud sintió un fuerte interés por dos temas que más adelante marcarían fuertemente su vida: la educación y la psiquiatría.
La realidad se presento muy diferente en el momento de tener que escoger una carrera universitaria ya que en Recife no había más oportunidades que ultrapasasen el Derecho, la Ingeniería o la Odontología. Así que muy pronto se encontró estudiando Derecho.
Apenas antes de consumarse su corto maridaje con la Abogacía, aparecía en su vida Elza Maria Costa Oliveira con quien compartiría 42 años de su vida. Fue precisamente Elza quien le impulsaría a tomar la decisión más importante de su vida. Según lo cuenta el propio Freire, su primera causa fue la más grande decepción de su vida: Volví para casa – cuenta – y Elza, mi esposa, pregunto: “¿Como te fue hoy en el escritorio?”. Esa es una pregunta que, de modo general, se burocratiza en las relaciones marido y mujer. Pero Elza no preguntaba burocráticamente. Conté a ella la historia y que había cerrado con eso mi carrera en la Abogacía. Ella rió, me beso y dijo: “Yo sabía que un día eso ocurriría. Lo que usted tiene que hacer es Educación.”
Hacia 1946 Freire fue invitado a trabajar en el Sesi, Dirección de Educación y Servicio Social de Industria, donde permaneció hasta 1956. En el Sesi, es donde Freire comienza a ejercer una fuerte labor pedagógica, comenzando por Seminarios de formación para Profesores y, hecho muy importante, realizando jornadas en las escuelas con padres y profesores para debatir la posibilidad de la supresión de los castigos violentos aplicados a los niños.
Es importante, sin embargo, apuntar que ya hacia el año 1947, Freire , había comenzado son sus primeras experiencias de alfabetización, a razón de lo cual para 1964, año en que fue invitado a dirigir el Programa Nacional de Alfabetización.
En muchos lugares, trabajando con campesinos, llegó a obtener resultados extraordinarios: en menos de 45 días un iletrado aprendía a “decir y a escribir su palabra”. Alcanzaba a ser “el dueño de su propia voz.”
Luego de un periodo de intensa labor de formación de alfabetizadores el plan para 1964, en vísperas del golpe de Estado, preveía la inauguración de 2.000 “Círculos de cultura”, que se encontrarían capacitados, ese mismo año, para atender aproximadamente a dos millones de alfabetizados, a razón de 30 por cada circulo, abarcando cada curso una duración no mayor de dos meses. Este plan se vio truncado con la caída del gobierno de Goulart.
Después de quedar 75 días preso en Recife fue transferido a Rio de Janeiro y luego dejado en libertad. Partió, entonces para un exilio de 16 años. Recién en el exilio pudo sintetizar toda su labor hasta ese momento en su libro “La Pedagogía del oprimido”.
En la primera etapa de su exilio fue a Chile, donde trabajó en el Instituto de Reforma Agraria, en educación para adultos. Años después viajo a Suiza donde trabajo como Consultor en el Consejo Mundial de Iglesias y profesor en la Universidad de Ginebra. Finalmente durante los años 70, Paulo Freire se envolvió en programas educacionales de varios paises como Guine-Bessou, Cabo Verde y Angola.
Con la Amnistía, Freire volvió para el Brasil. Fue contratado como profesor PUC – SP. En la misma época se torno uno de los fundadores del PT. En 1989 hasta el inicio de 1991 asume la Secretaría Municipal de Educación de la Prefectura de Sao Paulo. Para ese entonces ya había escrito dcenas de libros traducidos en innúmeros idiomas, recibido 28 doctorados honoris causa y lo más importante su método de alfabetización ya se había difundido e implementado en diversos países del mundo.
El Profesor Paulo Freire falleció el 2 de mayo de 1997 a los 76 años de edad, dejando su legado intelectual y ejemplo de vida militante a miles de latinoamericanos.


Paulo Freire y la pedagogía de la liberación (II)


En la primera parte de este artículo hemos esbozado algunos aspectos, los más resaltantes, de la vida de Paulo Freire; ahora nos atañe sólo hablar de algunas de las principales tesis de la pedagogía “Freiriana”.
Freire parte desde un análisis conscientemente crítico de la realidad y a partir de ahí la critica sistemáticamente toda estructura de la educación dentro del sistema capitalista. Decimos que su análisis es “conscientemente crítico”, pues, según él, sólo es posible transformar sustancialmente la realidad a partir del despertar de una conciencia crítica. Es radicalmente difícil cambiar, transformar las condiciones y los condicionamientos que subsumen al hombre desde un nivel de conciencia ingenua. De ahí la importancia de la educación en el proceso de la liberación, en el proceso de ruptura del pueblo. La educación no ha de ser, pues, un simple proceso mecánico de acumulación y transmisión de palabras. La educación verdadera es “praxis”, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo. Esto es lo que significa educar, especialmente, para las dolorosas condiciones de opresión y pobreza en que viven y mueren los latinoamericanos. Y no sólo esto, detrás de la pobreza se levanta la gran sombra de la ignorancia, del analfabetismo. No es en vano que Freire haya dado tanta importancia a la alfabetización. Pues, hay que entender que la conciencia del analfabeto es una conciencia oprimida y las más de las veces ingenua. Por tanto, alfabetizar no deberá ser simplemente otorgar mecanismos de expresión por medio de la enseñanza de la escritura y la lectura; es decir, hay que dejar de lado la “concepción ingenua de analfabetismo –dice Freire- que lo guarda como un absoluto en sí o como una “hierba dañina” que necesita “ser erradicada” (de ahí la expresión corriente: “erradicación del analfabetismo”) o también lo mira como si fuera una enfermedad que pasará de uno a otro, casi como contagio”. A esta visión tradicional del analfabetismo Freire opone una concepción más científica: “la concepción crítica del analfabetismo, por el contrario, lo ve como una explicación fenoménica, reflejo de la estructura de una sociedad en un momento dado”.
Es decir, el analfabetismo es el reflejo, es una consecuencia de ciertas condiciones sociales, económicas, políticas en las que está inscrito el sujeto. Por ello el proceso de alfabetización no puede ser un simple mecanismo de “depósitos de palabras” del educador en la conciencia “vacía” del educando. Este “deposito de palabras” no tiene nada que ver con la educación. Es una simple propuesta, “bancaria”, que es una domesticación antes que un proceso de transformación de la persona. Esta concepción bancaria en el presupuesto de que las palabras poseen un “poder mágico” en sí mismas, independiente a la experiencia del hombre que la dice y de las condiciones del mundo en que se desenvuelve.
Considerada de esta manera, la alfabetización (a la educación) no es más un proceso sistemático de la alienación.
La verdadera alfabetización, sin embrago, está basada en el derecho legítimo que posee el pueblo a decir su palabra. Alfabetizar es, por sobre todo, proporcionar las condiciones para que el educando pueda decir su propia palabra y con su propia voz pueda afirmarse como sujeto de derecho.
Pero alfabetizar es también y fundamentalmente concientizar. Es un proceso de comunicación. Según Sanders, comunicación significa: “…un despertar de la conciencia, un cambio radical de mentalidad que implica comprender realista y correctamente la ubicación de uno en la naturaleza y en la sociedad; la capacidad de analizar críticamente sus causas y consecuencias y establecer comparaciones con otras situaciones y posibilidades; una acción eficaz y transformadora. Psicológicamente, el proceso encierra la conciencia de la dignidad de uno: “una praxis de la libertad”.
Para Freire el método fundamental de la Pedagogía es el método dialógico, en oposición al método monologal, en el cual, la comunicación es unilateral, de educador a educando.
La palabra es sin duda el instrumento más importante para transformar el mundo; “decir las cosas es transformarlas”. Pero decir la palabra es decirlo para los otros y hacia los otros. He aquí pues, la palabra en su dimensión más importante: la dialogicidad. El diálogo es “el encuentro de los hombres en la búsqueda de la verdad”. Por eso la verdadera educación es el diálogo.
El diálogo es el método que propicia la superación de la contradicción educador-educando. Ya no cabe más la distinción entre educador-educando. No más educando, no más educador, sino educador-educando y educando-educador.
Pues finalmente:
* Nadie educa a nadie
* Nadie se educa solo
* Los hombres se educan entre sí mediatizados por el mundo.

Mamangá. Año 1. Nº 12. 19 de noviembre de 2003

lunes, 23 de agosto de 2010

Introducción a una filosofía latinoamericana (II)


Enrique Dussell y la Filosofía de la Liberación Latinoamericana

Como lo hemos anunciado en el número anterior, en el presente se expondrá de manera muy resumida el pensamiento de uno de los mentores de la Filosofía de la Liberación: Enrique Dussell. Nacido en la ciudad argentina de Mendoza en el año 1934. Seglar, casado, residente actualmente en México. Doctor en filosofía en la Universidad Central de Madrid, Doctor en historia en la Sorbona de Paris, Licenciado en Teología, miembro fundador de la Asociación Ecuménica de Teología del Tercer Mundo. Su obra es prolífica y abundante: “Filosofía ética latinoamericana”, “Ética comunitaria”, “El encubrimiento del otro”, “Ética de la liberación”, etc.

Eurocentrismo vs. Alteridad*

En la búsqueda y la construcción de un pensar propio para Latinoamérica, es decir, de una filosofía de la liberación latinoamericana, Dussell intenta un desmonte del pensamiento occidental eurocentrista. Pues una filosofía de la liberación no puede construirse sin una simultanea destrucción de los discursos filosóficos dominadores. Este pensamiento eurocentrista debe ser considerado, desde sus orígenes mismos hasta Heidegger, como ontológico. Por ontología se entiende aquí, el pensar desde la totalidad y para la totalidad, donde no existe lugar para la alteridad del Otro, pues el Otro es tratado como ente subsumido ya a la totalidad. La ontología es totalitaria por ser la recurrencia de lo mismo sobre lo mismo: mismidad que niega todo espacio para la alteridad.
La filosofía de la alteridad de Dussell desemboca en la exigencia de una filosofía desde y para Latinoamérica y el Tercer Mundo. Exigencia que pasa por el compromiso de la filosofía de la liberación con el Otro, entendiendo por este “el pueblo latinoamericano”. Desde tal punto de vista la filosofía de la liberación, como teoría orgánicamente comprometida con el proceso de ruptura del pueblo, debe estar definida en función práctica en vista a la liberación de las naciones y clases oprimidas. Además, explica Dussell, la filosofía de la liberación debe saber pensar los temas coyunturales y ejercer una crítica constante de la sociedad, pero no desde una mera postura teórica sino práctico-política.

Levinas y Marx en Dussell.

Las ideas de Levinas sirven de apoyo como punto de partida para el concepto del Otro de Dussell. Pero Dussell replantea este concepto a partir de las tareas de la liberación. El Otro era entendido por Emanuel Levinas de una manera teológica. Dussell trabaja la antropologización del concepto del Otro. El Otro es, ante todo, el hombre que se manifiesta, que dice su propia palabra.
Subrayando el concepto de Levinas, Dussell al mismo tiempo lo considera ambiguo porque en Levinas el Otro es “absolutamente Otro” y esa interpretación es un equívoco, no compresible, incomunicable, no puede ser vinculado con la tarea de la liberación. Según Dussell, el mérito fundamental de Levinas radica en el hecho de haber descubierto la dimensión de la alteridad del Otro con respecto a la totalidad. Sin embargo, a los ojos de Dussell, Levinas es todavía europeo: su Otro es todavía abstracto y pasivo. Por lo demás, Levinas nunca imaginó que el Otro pueda ser el indio, el negro o el asiático. Esta última consideración de Dussell nos da pié para afirmar que la metafísica de la alteridad pasa por una politización del Otro fenomenológico de Levinas a través del concepto de pueblo, oprimido, etc.
Dejando de lado a Levinas, Dussell reconoce la necesidad de un discurso marxista coherente y completo para América Latina. Se presupone pues una lectura latinoamericana de la obra de Marx. En primer término, Dussell acepta el punto de partida del análisis marxista al conceptuar la historicidad de América. América Latina es vista por él con los lentes de la contradicción fundamental de la sociedad capitalista contemporánea, la contradicción entre el capital y el trabajo asalariado, entre las crecientes fuerzas productivas del capital y las formas de apropiación del capitalista.
En sus comentarios sobre la obra de Marx se definen con mucha mayor claridad y espíritu de partido, los conceptos de otro y totalidad: el Otro es definido como “trabajo vivo”, el trabajador mismo como Otro que el Capital. El Otro es considerado idéntico a la clase obrera, distinto de la clase capitalista; la totalidad dominadora adquiere a partir del análisis marxista un carácter clasista determinado, ella será ahora el capital, el cual subsume como elementos suyos el trabajo vivo, la tecnología, etc.
En el próximo número seguiremos conociendo la filosofía de Dussell.

* Alteridad: del latín Alter que significa otro. Significa básicamente reconocer al otro en su subjetividad, más allá de las diferencias de raza, color y clase social.


Mamangá.

domingo, 25 de julio de 2010

Introducción a una filosofía latinoamericana (1)





Siempre que tratemos de abordar un tema filosófico hédemos de hacerlo con mezquindad y sin ánimo de hacer erudición, esto debe ser así debido a que la verdad, en especial la de occidente, ha demostrado su debilidad, su inconsistencia ente las críticas características de la realidad vivida por el hombre en los últimos 100 años. Esto se aplica de manera más rotunda al escenario de América Latina.
La Filosofía tal cual la conocemos hoy, es decir, la Filosofía de sentido griego, occidental, europeo, no es más que el resultado de complejas relaciones sociales de producción y muy oscuras relaciones de poder y dominio. Por eso la Filosofía occidental se ha caracterizado por ser logocéntrica, egocéntrica, eurocéntrica. Europa se ha impuesto a la vida del hombre americano de forma violenta en lo que se ha dado por llamar “el descubrimiento”, Dussell diría “encubrimiento”. Ciertamente “descubrimiento” es una palabra falsa que solapa la crueldad de la conquista: la conquista como encubrimiento del otro. O como la define Dussell: “la conquista es un proceso militar, práctico y violento que incluye dialécticamente al Otro como “lo Mismo”. El Otro, en su distinción, es negado como Otro y es obligado, subsumido, alienado a incorporarse a la totalidad dominadora como cosa, como instrumento, como oprimido, como encomendado, como asalariado o como africano esclavo”.
Europa irrumpe además en el mundo americano y trata de destruir su imaginario y la cosmovisión del hombre, es decir, al sujeto filosofante de América.
En América se dieron de manera sincrónica tres tipos de conquista: -->Conquista material -->Conquista espiritual -->Conquista racional.
Luego de la compra de almas y tierras, características de la sociedad feudal, América ingresa a la modernidad huérfana todavía de patria, pero muy cerca de afirmarse a Sí.
La Revolución Francesa representó para los europeos el triunfo de la razón sobre la realidad; Hegel diría: “El Estado es el triunfo de la Razón, lo divino terrenal”; y más aun afirmaría que “todo lo real es racional y todo lo racional es real”; Kant anuncia el “Aufklarung”, la Ilustración, como salida por sí misma de la humanidad de un estado de inmadurez culpable para pasar a una vida basada en la Razón y los imperativos categóricos.
El edificio del pensar Europeo levantase así como un poderoso y sin embargo frágil castillo de cristal. La modernidad es azotada por un idealismo extravagante, recordemos al obispo George Berkeley que decide negar la materia y convertir a todos en datos de la conciencia; Descartes, no menos entusiasmado funda la verdad en el “pienso luego existo”. No caben dudas que entre los siglos XVII y XIX se desarrolló el más grande laboratorio dedicado a la ocultación de las verdades y a la fabricación de mentiras, o como diría Nietzsche “la fábrica de ideales”.
Europa era el lugar de la Razón; el hombre, dueño de la Razón, dominaría a todas las fuerzas de la naturaleza hasta ponerlas a su servicio, la ciencia permitiría esto; y la técnica podría llevarnos algún día a la tan soñada prosperidad. La técnica nos dio la Industria. Europa avanzaría en un progreso indefinido hasta alcanzar la prosperidad, la riqueza, la vida eterna del hombre. El europeo, occidental, cristiano, civilizado y blanco era el prototipo de hombre. Raza, ciencia, abolengo. Allá en el otro mundo, en el nuevo continente, América, en África, en Asia, estaba caído en el suelo “el diferente”, “el inmaduro”, “la niñez de la humanidad”, o los “bárbaros y los salvajes”.
El europeo encubre al Otro (América, Asia, África), lo niega en su subjetividad en cuanto a que lo reconoce como diferente, como extraño al mundo de la Razón y a su Razón misma; lo niega porque está, en el modo de pensar del europeo, a someter a todo como objeto, la Razón ha de servirse del mismo para aportar nuevos conocimientos y colaborar con el progreso del género humano. De esta manera es como el modo de Pensar y Ser europeo (vector emocional) fracasa, choca de frente con otra realidad, choca con el suelo, el arraigo, la creencia, el mundo polisígnico del indígena, del campesino, del Otro como pueblo.
La Razón por la cual América Latina ha tardado tanto en volver a rescatar, reconstruir, redibujar su pensar propio es por el hecho de no haber reconocido que ese Pensar logocéntrico, egocéntrico, eurocéntrico (en cuanto a falacia desarrollista) se ha cristalizado en el totalitarismo y en capitalismo.
Toda esta introducción nos ha parecido muy importante pues, para empezar a hablar de Filosofía Latinoamericana, debemos hacerlo planteando los primeros problemas que nos asolan y, por otra parte, “una Filosofía de la Liberación” no puede construirse sin una simultánea destrucción de los discursos filosóficos dominadores. La intención es divulgar el pensamiento latinoamericano como una afirmación de nuestra identidad y como rescate del sujeto pensante latinoamericano; es tomar de este pensamiento lo más nuestro. Esta introducción es pues, propiamente, una apertura a la “Filosofía Latinoamericana de la Liberación”

Mamangá. Año 1. Nº 13. Primera quincena de febrero de 2004

lunes, 12 de julio de 2010

HACIA UNA NUEVA INVESTIGACIÓN




HACIA UNA NUEVA INVESTIGACIÓN
"ANTE LA CRISIS DE LOS FUNDAMENTOS MODERNOS DEL CONOCIMIENTO"

"Partimos del reconocimiento de la oscuridad oculta en el corazón de una noción esclarecedora de las cosas.
Partimos de una amenaza que procede del Conocimiento, y que nos lleva a buscar una relación civilizada entre nosotros y nuestro conocimiento.
Partimos de una crisis propia del conocimiento contemporáneo y que sin duda es inseparable de la crisis de nuestro siglo"
( Edgar Morín, El Método)


Lo que se trata no es de complejizar más la enmarañada trama que artificialmente han inventado los eruditos e ilustrados de los últimos tres o cuatro siglos, sino, por el contrario, comenzar a reconocer los puntos de orientación hacia la claridad, referencias precisas que nos conduzcan definitivamente de las tinieblas a la luz. No se puede estar todo el tiempo en la oscuridad, no se puede estar constantemente mirando al abismo, nuestra generación carga sobre sus espaldas el cansancio y la angustia, por haber tenido que saltar vertiginosamente de un oscurantismo a otro, sin haber tenido tiempo para siquiera tomar aire y seguir, que es lo mínimo que se requiere para continuar una marcha, en este caso la de la Historia.

Lo que conocemos como Renacimiento, fue apenas un despertar fugaz, un chispazo de claridad, brisa que impregno de belleza y renovación, un mundo desolado, en el cual la ignorancia y la barbarie eran denominador común.

El Renacimiento traería consigo la reconciliación con todo el bagaje de conocimiento clásico y de las tradiciones antiguas, que reencauzaría el interés del hombre hacia los problemas antropológicos, filosóficos y de la ciencia, hasta arrancarlo de la ceguera del fanatismo religioso y de la superstición. Pero también el Renacimiento hubo de generar una progenie de eruditos ( nominalistas) que se esmerarían en separar la razón de la fe, o más específicamente abrirán una brecha entre religión, ciencia y filosofía, lo cual vendrá a configurar toda la mentalidad moderna y toda la tragedia de los últimos siglos, cosa que ya es conocida por todos, y que será más bien expuesta unas líneas más adelante.

Lo cierto es que asistimos hoy, a un nuevo oscurantismo no religioso, sino de la información.

Si en el Medioevo el conocimiento habíase tornado peligroso porque desafiaba toda la tradición Científica y Filosófica impuesta por la Iglesia. Hoy, en esta nueva Edad Media, de igual forma, el conocimiento se ha convertido en un poder incontrolado y destructivo.

Estamos ante la incertidumbre y la amenaza constante de la posible manipulación de toda nueva invención, de todo nuevo descubrimiento. Cada avance de la ciencia es un minuto de gloria, y luego el miedo y la zozobra se apoderan de las gentes que no han podido borrar de su inconsciente el trágico ejemplo del tristemente genio Albert Einstein.

“Inconscientes de lo que la Ciencia es y hace en la sociedad, los científicos se sienten incapaces de controlar los poderes sojuzgadores o destructores surgidos de su saber"

Debido a esto no cabe duda que hemos penetrado en la vorágine misma de la Historia. Y no es por azar, pues hemos heredado de nuestros padres y abuelos (S. XIX y XX) la incredulidad y el fanatismo, la angustia y el desasosiego, y hoy hemos alcanzado el fondo, hemos mirado al abismo y el abismo se ha vuelto sobre nosotros. Nuestro tiempo está en Crisis.

¿Crisis? Y si esto es cierto ¿cómo podemos interpretarla?, ¿qué sucede a la crisis?, ¿destrucción, fin, desintegración, decadencia, muerte? o ¿ solo ha sido característica de los tiempos modernos dejarse derrotar ante la primera crisis que acomete?

Hemos de considerar el concepto de "crisis" fuera de los esquemas mentales de nuestros contemporáneos que no versan más que hacia dos vertientes, las de los extremos: de las creencias fanáticas y aberrantes o del materialismo científico deshumanizado. Mas como todo extremismo es malo, nuestra visión ha de optar por el análisis integrativo, solidario, por lo que podemos comenzar diciendo que la "crisis" es un estado neutro, no es malo ni bueno, si no que se activa según la posición mental con que se la asuma.

Es un punto crucial a lo largo de una marcha evolutiva, por lo que se subentiende que solo aquello que tiene movimiento, que tiene una dinámica, entra en crisis. En cuanto que movimiento implica cambio y trasformación, de hecho solo cuando aquello que esta en movimiento entra en crisis pueden darse ambos procesos.

"La crisis es una puerta abierta hacia el cambio, entre la estabilidad de lo conocido y la situación nueva y plantea básicamente dos movimientos: estabilidad y desestabilidad, seguridad e inseguridad"

Ante la crisis lo desconocido, lo incierto se hace patente, pero también, desde el punto de vista de la Filosofía promete otra cosa, algo nuevo, un cambio fundamental, en cuanto que considera a la crisis como punto de traspaso de un estado de cosas a otro, que no necesariamente ha de ser peor, sino todo lo contrario. Ha de ser precursora también de lo mejor.

Y como no se puede estar saliendo derrotados después de cada crisis, se impone una confrontación valerosa, donde, saber usar las más sutiles armas de la voluntad, la inteligencia y el discernimiento, ante la multiplicidad de opciones y direcciones en que se abre la encrucijada, ha de ser la clave para salir ilesos y lo que es mejor regenerados y gloriosos, ante tal paradójica situación.




ORIGENES DE UNA CRISIS



Si bien, como ya hemos mencionado anteriormente, hubieron en el Renacimiento algunos pensadores y eruditos que, de la mano del renovado interés por el Estudio de la naturaleza y sus leyes, comenzarían a desviarse del Espíritu integrativo y reconciliador insuflado en esta Época, entre los cuales podríamos mencionar a los "nominalistas" como Ockam y Escoto. Ya estos harán el esfuerzo de separar fundamentalmente religión, filosofía y ciencia, más solo sus continuadores disfrutarán de los resultados.

Pero vamos a tomar como origen mismo de nuestra planteada "crisis" al famoso filosofo "Cartesius", o, como lo conocemos hoy René Descartes.

Tal ha sido en realidad la influencia que ha ejercido el pensamiento Cartesiano sobre la mentalidad moderna, que en gran medida la decadencia de la filosofía y la crisis de los fundamentos del conocimiento son causa suya.

Y no ha sido en vano. En su búsqueda de construir una filosofía totalmente cierta, de la que no se pueda dudar, Descartes, toma como punto de partida "la duda". El va a poner en duda todo aquello que no sea evidente, y lo evidente, según dice, es aquello que alcanzamos a distinguir claramente por la "intuición intelectual"

Y ¿ que es lo más evidente para Descartes?
“Inmediatamente advertí - dice Descartes - que mientras quería pensar así que todo era falso, era preciso necesariamente, que yo , que lo pensaba fuese alguna cosa, y observando que esta verdad, "yo pienso, luego existo, era firme y segura... pensé que podría admitirla como principio de la Filosofía que buscaba"

"Ego sum res cogitans" , yo no soy más que una cosa que piensa dice Descartes, "por lo tanto, ni siquiera hombre corporal, solo razón....solo es seguro y cierto el sujeto pensante"

El "Cogito Ergo sum" de Descartes conducirá a la modernidad a identificarse con su intelecto, a encerrar al hombre dentro de los límites de su conciencia, y, finalmente a una escisión fundamental en el Ser Humano.

Esto irá acompañado con una división en la naturaleza en dos reinos separados: el de la materia , res extensa, y el de la inteligencia, res cogitans. Esta visión influirá, de ahí en adelante, en la consideración de los científicos, de analizar la materia como muerta. Y el mismo Descartes considera la naturaleza como una bien montada maquina, automática y mecánica, a disposición y bajo posibilidad de manipulación y control del hombre.


Así mismo y como corona de su obra Descartes propondrá la especialización de los diversos saberes para su mejor estudio. Así la fragmentación interna en el Sujeto se proyecta y refleja en la parcelación de los campos del conocimiento.

Desconectados todos los saberes, cada cual tomará indiferentemente su camino, incluso la filosofía - otrora madre de todas las ciencias - pasará a ser una especialización más y sometida a método científico, tórnase plural, ambigua, rayana en la superficialidad.

A partir de aquí empieza la incertidumbre a ser denominador común. Aquí empieza la pugna por alcanzar un único método para conquistar la verdad, y como todos tiran agua hacia su molino, cada quién vía la razón va encontrándose con su fragmento de verdad. Pero solo por un instante, pues no tardará quien con un fragmento en apariencia mayor, se impondrá opacando arbitrariamente al otro. Es el inicio de la lógica exclusiva y reduccionista. "Tarde o temprano - dice Dethlefsen - toda teoría perderá vigencia y tendrá que dejar lugar a nuevos conocimientos, porque la verdad de hoy es el error de mañana."

Y así error tras error ciencia y filosofía van marchando hacia el final de toda certeza. La Verdad se pierde en el horizonte.

Como era de esperarse cada quien se encierra en sus métodos científicos y sistemas lógicos de la mano de la razón única vía eficaz para alcanzar el conocimiento

Pero como la verdad está ya demasiado lejos, y apenas se pueden alcanzar ciertos conocimientos de dudosa importancia, fragmentos de verdad, debido a los formalismos metódicos y ala superficialidad, la filosofía de la Edad Moderna se remitirá a la búsqueda de un fundamento cierto para el conocimiento.
Tal es el Estado de cosas que ya no se busca la verdad, ya no hay filosofía, en el sentido clásico de la palabra. La filosofía se ha vaciado por completo, se ha vuelto una especialidad, y por tanto se preocupa más por los métodos de investigación, y por las posibilidades y limitaciones del conocimiento antes que por la búsqueda amorosa de la Sabiduría.

El Antropólogo y filósofo contemporáneo Edgar Morín propone cinco momentos específicos en la historia del conocimiento Filosófico que desembocarán en el actual Estado de Crisis y en la necesidad de una nueva reflexión y replanteamiento de la ciencia y la filosofía.

Primer momento: Inmanuel Kant retira al entendimiento la posibilidad de alcanzar el conocimiento de las cosas en sí.

Segundo momento: Friederich Nietzsche profetiza la inexorabilidad del Nihilismo. "Lo que cuento - dice Nietzsche - es la historia de los dos próximos siglos ( XX y XXI ). Describe lo que sucederá lo que no podrá suceder de otra manera: la llegada del Nihilismo."
"Supuesto de esta hipótesis: que no hay ninguna verdad, que no hay ninguna cualidad absoluta de las cosas, ninguna cosa en sí. Esto es el nihilismo, verdaderamente, el nihilismo extremo."

Tercer momento: Martin Heidegger (Siglo XX) pone en duda el fundamento de los fundamentos, la naturaleza del ser, y su indagación versará hacia el problema del fundamento sin fondo.
"El principio de razón como principio supremo parece rechazar de ante mano cosas tales como un problema de fundamento . . . "nada es sin razón" . . . Sin embargo en este principio no se determina lo que constituye la esencia de razón".

Cuarto momento: Por el contrario de la filosofía, "en el curso del Siglo XIX y comienzos del XX - dice Morín - la ciencia no deja de verificar el indubitable fundamento empírico-lógico de cualquier verdad. Las teorías parecían emanar de la realidad misma, vía la inducción, la cual legitimaba las verificaciones-confirmaciones empíricas y las amplificaba como leyes generales. Al mismo tiempo, el armazón lógico - matemático que aseguraba la coherencia interna de las teorías".

La ciencia, y, como lo veremos también la filosofía, optarán por el largo y duro sendero - como la Edad Media - del dualismo Aristotélico, la inducción, como proceso lógico e irrecusable para alcanzar las verdades.

Así que a principios del siglo XX el panorama era desolador. Una concepción Mecanicista de la Naturaleza, la Doctrina nominalista con la razón como única noción del conocimiento, el positivismo de Comte que aporta su visión reduccionista de la realidad.

Ante este estado de las cosas un grupo de hombres, y fundamentalmente el Circulo de Viena ( 1925 - 1936) se proponen trasformar la filosofía en ciencia, "pretendiendo fundar la certidumbre del pensamiento en el " positivismo lógico". Estos se esforzaran en construir todas sus proposiciones "sobre enunciados verificables y coherentes".

Así Wittgenstein incursionando en la lingüística, cree demostrar las limitaciones que representa el lenguaje en el proceso del conocimiento. "Lo que se puede decir de alguna manera, se puede decir claramente; de lo que no se puede hablar, hay que callar". Para Wittgenstein, de hecho, el lenguaje es el limite del pensamiento, y la lógica el límite del lenguaje.

Sir Karl Raimund Popper por su parte demuestra que la "verificación" no basta para asegurar la verdad de una teoría científica o filosófica." De hecho, las teorías verificadas se sucedían sin que ninguna pudiera adquirir la infalibilidad para siempre. E invirtiendo la aparente evidencia según la cual la teoría científica aportaba la certeza, Popper reveló que, por el contrario lo propio de la cientificidad de una teoría residía en su "falibilismo".

Esto represento sin duda alguna la ruina de la inducción como pedestal lógico, pues ni siquiera la verificación, viene a ser argumento válido para que una proposición sea cierta. Queda entonces volver a la doctrina realista, es decir a la lógica deductiva. Y Popper no hacia más que llevarnos a esta, como fundamento irrecusable de verdad. Al final ambos sistemas lógicos no hacían más que cerrarse demostrativamente sobre sí.
Y ambos demostraran su insuficiencia al excluirse.

Pero la fantasía de encontrar los fundamentos absolutos para alcanzar la verdad y la comprensión de la realidad se derrumbará ante la razón de la modernidad.

Quinto momento: El Problema.

Todo empieza a mediados del siglo XX esta vez de la mano de la física. Primeramente Albert Einstein con su teoría de la relatividad, empieza a adentrarse en el oscuro mundillo de la física atómica y nuclear, aunque esto lo llevase a cargar con el trágico nombre de Padre de la bomba nuclear. Lo cierto es que sus descubrimientos abrieron un nuevo horizonte en la ciencia, así vemos que según la Teoría especial de la relatividad la cantidad de energía contenida en una partícula es igual a la masa de dicha partícula por el cuadrado de la velocidad de la luz ( E= m.c2 ), que es lo mismo que decir que masa es una forma de energía y viceversa.

Pero en realidad la piedra del escándalo para la mentalidad materialista, racionalista y lineal, fue la aparición de la Física Cuántica, que es un resultado de los avances de la microfísica o física de las partículas, ante la cual toda nuestra estructura de lo real desfallecería.

La visión clásica y mecanicista del mundo que estaba basada en la idea de partículas sólidas, e indestructibles, moviéndose en el espacio que es cual un contenedor vació (Newton), se resentirá ante la nueva física en la cual "la partícula dejó de ser el ladrillo elemental del universo para convertirse en una noción fronteriza entre lo concebible (la onda, el corpúsculo, el quark) y lo inconcebible, estando lo concebible a la vez sometido a una inevitable contradicción entre los términos en adelante complementarios de onda y corpúsculo, de unidad elemental e inseparatibilidad."


Estos nuevos descubrimientos del mundo subatómico nos ponen ante una realidad totalmente diferente y paradójica, que repetidamente va ha trascender el lenguaje y el razonamiento. Los científicos y estudiosos se verán obligados de esta manera a utilizar en la formulación de sus teorías, una terminología ambigua, incierta, unificando las mas de las veces conceptos que habían parecido hasta el momento contradictorios, opuestos e irreconciliables.

El principio de no contradicción, y el pensamiento lineal se vera sucumbir, frente a los complejos rasgos de esta nueva estructura de lo real.

Según la Teoría cuántica las partículas son también ondas, de hecho se allá en un constante vaivén entre onda y partícula, continuidad y discontinuidad, es destructible e indestructible a la vez, y fuerza y materia no son sino aspectos diferentes del mismo fenómeno.

Así, tanto la teoría de la relatividad, como la Mecánica cuántica nos remiten a una realidad que no está integrada por partículas materiales sino por simetrías o puras abstracciones ( las ideas platónicas ). De hecho, el propio Dr. Werner Heisenberg ( Premio Nóbel ), propone que llegará el momento en que debido a las profundizaciones de las investigaciones de la física de las partículas, llegaremos al mismo punto que Platón hace ya más de dos mil años, vía la intuición, había alcanzado, al referirse por ejemplo al "Uno" ( Hoy la Ciencia se esfuerza en resolver el problema dejado por Einstein: La teoría de la Gran Unificación de los campos ).

La nueva Física nos muestra también un "universo fundamentalmente interconectado, interdependiente e inseparable... entre los elementos que se nos presentan a los sentidos como separados en el espacio, existe una conexión general no causal ni local."

A los ojos de las Nuevas investigaciones el Universo aparece elegante y armónico, pero complejo e indeterminable, difícil de conceptuar y encerrar en esquemas lógicos de una mentalidad horizontal. La razón evidentemente ya no es la única vía para comprender la realidad.

Y si la primera revolución vino de la mano de la Relatividad, eliminando la ilusión newtoniana de espacio y tiempo absolutos; y la segunda revolución con la teoría cuántica que eliminó el sueño newtoniano de poder controlar con exactitud los procesos de medida, por que la naturaleza material se había vuelto indeterminable, entonces, toca a ahora a la teoría del "Caos", fundar la tercera revolución, eliminando la teoría laplaciana de predicción determinista, y la concepción mecanicista y materialista de la naturaleza hasta el momento aceptadas.

Efectivamente, hacia los años 60 el mundo y el cosmos dejan de parecerse a una bien montada maquina de relojería, predecible, manipulable e incluso cognoscibles a gusto y paladar por el hombre, y se presenta ante la mirada ignorante y maravilla de la modernidad como una mezcla de orden , desorden y caos.

Se descubre que en toda la naturaleza coexisten de manera armónica el Orden y el Desorden. El fantasma de las aparentes contradicciones y oposiciones se avanzan nuevamente sobre el hombre, y este deberá comenzar a romper sus rígidos esquemas mentales, y comenzar a solidarizar a reconciliar, todo lo que parece oponerse.

Esta nueva teoría deriva en los años 90 hacia lo que se llama la Física del Caos, que de la mano de la Geometría de los fractales y una matemática dinámica comprueban que :
"los esquemas simples no responden a la manera con que la percepción humana concibe el cosmos ni tampoco a la manera con que la naturaleza misma se organiza generalmente".

"Una gran parte de la naturaleza está invadida de desorden, de caos. Son sistemas dinámicos de tipo caótico, desordenado, impredecible e indeterminable."

Toda la belleza de la naturaleza, no responde a leyes complejas, ni está sujeta a semejantes leyes, sino que más bien a procedimientos simples, aunque de tipo no lineal , en cuanto imprevisible.

Luego, por medio de la Geometría de los fractales, es posible observar como en la naturaleza existe una característica de autosemejanza, en donde en base al estudio de ciertos organismos se ve como cada una de las partes, en diferentes escalas de magnitud, es semejante al conjunto total.

Algo parecido ocurre en la física cuántica, cuando rompiendo con el concepto clásico de que el comportamiento de las partes determinan al todo, se llega en cuántica a que es el conjunto el que determina el comportamiento de las partes. Es como lo diría Morín es decir que las partes conforman el todo, pero este a su vez retroactúa sobre las partes confiriéndoles propiedades nuevas, de las que carecían antes de combinarse entre sí.

Presenciamos, al fin, en los últimos años la construcción de una concepción de la realidad que desafía nuestro entendimiento, que ha abierto una herida incurable, primeramente en nuestros esquemas lógicos que ya no pueden cerrarse demostrativamente sobre si mismo, y luego en nuestra estructura misma de lo real, que cual castillo de cristal se hace añicos y nos desangra, en la oscuridad de lo desconocido y de la incertidumbre de lo que vendrá.

Ya no solo nos aqueja una crisis en cuanto nuestro fundamentos de conocimiento, ya sabemos que la razón, el intelecto solo no nos conducen más que a la decadencia, a la angustia y a la incertidumbre, de hecho asistimos hoy a los funerales de la razón. "...todos los avances del conocimiento nos acercan a un algo desconocido que desafía nuestros conceptos, nuestra lógica, nuestra inteligencia."

La nueva visión Antropológica del siglo XX, entre cuyos destacados representantes se encuentran Gilbert Durand, Rudolf Otto, Mircea Eliade, Ernst Cassirer, nos pone de igual manera, o nos confronta mejor dicho con la existencia de otras dimensiones de la conciencia humana y de la realidad misma.

Resulta que el ser humano ya no es simplemente un animal racional, sino que se comparte entre dos naturalezas una intuitiva y otra racional, está compuesto como diría Platón de lo uno y de lo otro, de espíritu y cerebro, es la vez homo sapiens y homo demens, poeta y científico, su humanidad reside justamente en tener la capacidad de congeniar esta eterna paradoja, superar los opuesto, y finalmente ser.


O según nos enseña el Prof. Fernand Schwarz: "La realidad es a la vez lo que es observable o concreto y lo que no es observable. Nuestra realidad es conciente e inconsciente, es energía y materia. Lo real no es simplemente lo que se mide, lo que se puede cuantificar: también es realidad una cualidad. Por tanto la imaginación también es parte de lo real."

Por su parte Mircea Eliade nos confronta con lo Sagrado, como estructura propia dentro de la conciencia humana y por tanto con la religiosidad, como condición primera y natural de la existencia humana.

En definitiva en este quinto momento, la Teoría de la Relatividad, la Física Cuántica, la Teoría del Caos y el "nuevo Espíritu Antropológico", empujan a todos nuestros sistemas lógico-filosóficos y científicos establecidos y hasta pretenciosamente inamovible (que no nos han llevado más que ha a la disgregación y el parcelamiento de los saberes, a la disyunción entre cerebro y espíritu, a la disgregación del sujeto mismo, tornándolo un ser incapaz de comprender la paradoja de la realidad) a una revisión profunda de todos sus fundamentos, a una reflexión hacia el fondo, no hacia la forma, a un replanteamiento que nos conduzcan, porque es necesario, a una lógica incluyente, no reduccionista, a una mentalidad solidaria y global y fundamentalmente a un nuevo Humanismo.

BIBLIOGRAFÍA

- Edgar Morín, El Metodo III, El Conocimiento del conocimiento. Editorial Catedra.
- Ernst Cassirer, Antropología Filosófica - Fondo de Cultura Económica-
- Julián Marías, Historia de la Filosofía.
- Ludwig Wittgenstein, Tractatus Lógicus Philosóphicus, Edit. Altaya.
- Mircea Eliade, Lo Sagrado y lo Profano - Edit. Labor S.A.
- René Descartes, Discurso del Método - Edit. Bruguera.
- Martín Heidegger, ¿ Que es Metafísica? y otros Ensayos - Edit. Siglo Veinte.
- Friederich Nietzsche, La Voluntad de Poderío - Edit. Edaf.
- Thorwald Dethlefsen, Vida y Destino Humano - Edit. Edaf.

ARTICULOS

- Prof. Horacio Labat, La Física del siglo XX - Revista Nueva Acrópolis - España.
- Prof. Jorge Alvarado Planás, La Estética del Caos - Revista Nueva Acrópolis - España - N° 207
- Prof. Ricardo Salelles, La Física Cuántica y El Misticismo Oriental - Revista Cápsula Cultural - N.A. El Salvador.
- Paloma de Miguel, Las Crisis Humanas - Revista Nueva Acrópolis España.
- Entrevista al Prof. Fernand Schwarz , Antropología de la Imaginación - Revista Nueva Acrópolis España.
- Prof. Fernand Schwarz, El Final de nuestras Certezas - Revista Nueva Acrópolis España


Notas

- Edgar Morín, El Métdo III, "El conocimiento del conocimiento". Pag.22
- Paloma de Miguel, del articulo "Las crisis humanas" , Revista Nueva Acrópolis - España
- René Descartes, Discurso del Método, 4° Parte, Pag. 120
- « je ne suis qu´une chose qui pense »
- Julián Marías, Historia de la Filosofía, Descartes
- Thorwald Dethlefsen, Vida y Destino Humano, Parte 1
- Friedrich Nietzsche, La Voluntad de Poderío, Libro 1ero
- Martín Heidegger, Ser, Verdad y Fundamento. Ensayos, El Problema del Fundamento
- Edgar Morín, El Método III, El conocimiento del conocimiento.
- Ludwig Wittgenstein, Tractatus Logicus Philosóficus
- Edgar Morín, Op. Cit.
- Edgar Morín, Op. Cit.
- Horacio Labat, "La Física del Siglo XX", Revista Nueva Acrópolis, España.
- Jorge Alvarado Planas, " La Estética del Caos", Revista Nueva Acrópolis - España
...los sistemas dinámicos de la naturaleza obedecen a ecuaciones de tipo no lineal, o sea aquellas en las que el resultado obtenido no es una función lineal de los factores que se incluyen en la ecuación, dando origen a nuevos factores de desorden, ......... y ala aparición, consecuentemente, del caos.
- Edgar Morín, Op. Cit.
- Fernand Schwarz, " Antropología de la imaginación", Entrevista publicada en la Revista Nueva Acrópolis - España

SOLEDADES


Destino incurable de soledades,
soledad de humo en artesanal caoba,
o de papel manchado en imborrables tintas
de colores insondables y de fantasmal estampa.

Soledad de bestia,
de bestia el descanso,
que en imperceptibles días
y en expiradas noches,
donde la afilada navaja de la luna
clava su hoja en el misterio
allí se clava también, en el corazón de mi vida,
una soledad indómita, como del jaguar en la sombra.

Ruben Capdevila