Por Rubén Capdevila
Este trabajo tiene como propósito principal
describir aspectos importantes de lo que representó entre los siglos I y II un
movimiento filosófico y místico y porque no decirlo religioso, denominado
“Gnóstico”. Entendiendo que no se ha tratado de un grupo homogéneo, ubicado en
un solo lugar geográfico, pero que, a pesar de representar una
heterogeneidad, en muchos sentidos ha mantenido y expresado, sin embargo, un
corpus doctrinario único, y ha tenido unas fuentes muy bien definidas.
Por otra parte, y como otro objetivo de este
trabajo, nos proponemos exponer los hechos de tal suerte que se visualice que
este movimiento Gnóstico, en el especial el Cristiano, pretendió rescatar y
transmitir a la posteridad el sentido más oculto y esotérico de las enseñanzas
de Cristo, inspirados en especial en el legado Esenio y las doctrinas
expresadas por el Apóstol San Pablo.
Finalmente, nos cabe el propósito de
argumentar de manera tácita, ya que no se presenta la suficiente argumentación,
el hecho de que los grupos denominados “Gnósticos” tuvieron como finalidad el
rescate y transmisión de todo el bagaje de conocimientos y prácticas que forman
parte del corpus de la Sabiduría Antigua, o de lo que denominaremos la
Sabiduría Mistérica.
Teniendo tales propósitos, estamos conscientes
de que el trabajo es apenas una aproximación al tema, apenas una introducción y
que deja muchos vacios de información.
Es importante mencionar que para este trabajo
nos hemos valido de dos fuentes fundamentales. En primer lugar hemos utilizado
dos obras fundamentales de la teosofía: La Doctrina Secreta, específicamente el
Tomo V (Ciencia, Religión y Filosofía), y el Tomo III de Isis sin Velo, en el
que HPB desarrolla ampliamente aspectos de la historia del Cristianismo y su
relación con la tradición esotérica.
Nuestra segunda fuente es el libro Historia de
las Creencias y las Ideas Religiosas, Tomo II, del sabio Rumano Mircea Eliade.
Es importante para nosotros mencionar estas
fuentes teniendo en cuenta la mucha literatura y poca credibilidad que se ha
producido a partir del boom generado por la divulgación de los llamados
“evangelios gnósticos”. Literatura de bestseller, barata y orientada
exclusivamente al lucro.
El trabajo está compuesto de 3 capítulos. En
el primero exponemos, básicamente, aquellas que hemos considerado las bases en
que se origina y se sustenta el Gnosticismo, las fuentes de inspiración por
decirlo de alguna manera, pero también la tradición que pretenden comunicar.
El segundo capítulo es una breve sinopsis de
la vida e ideas de tres de los principales
pensadores y místicos de la Gnosis Cristiana.
Y Finalmente exponemos algunas conclusiones ha
que hemos arriba con este trabajo.
Es nuestra intención que el presente trabajo
sea de utilidad para todos aquellos estudiosos y buscadores de la verdad.
I.
Las fuentes del Gnosticismo
Muchas son las fuentes que se mencionan como
inspiradoras del Gnosticismo. Se cita, entre otras fuentes, que las enseñanzas de los maestros gnósticos
están inspiradas en las tradiciones religiosas iranias y caldeas, en los
misterios egipcios, en el judaísmo cabalístico, en las enseñanzas de la Escuela
Pitagórica, en la filosofía Platónica a través del neoplatonismo, en las
enseñanzas esotéricas de Cristo y en especial las enseñanzas de los Esenios o
terapeutas, con quienes, se dice, Jesús recibió la Iniciación.
Tal como lo refiere Mircea Eliade, si bien
muchos de los temas abordados por los gnósticos son temas de la era cristiana y
postcristiana, otros, son anteriores estrictu sensu al gnosticismo. Algunos temas están atestiguados en el Irán
Antiguo y en la india por la época de los Upanishads, en el Orfismo y en el
Neoplatonismo y otros son característicos
del sincretismo de tipo helenístico, del judaísmo Bíblico e
intertestamental o de las primeras
expresiones del Cristianismo.[1]
Todas estas fuentes estaban presentes, de
alguna u otra manera en las enseñanzas de las diversas escuelas Gnósticas,
desplegadas en todo el imperio romano, y que hacia los siglos I y II
representaron un verdadero problema para la naciente Ortodoxia Cristiana. A
pesar de que los primeros Padres de la Iglesia - estamos hablando de los
primeros y no los representantes de la Patrística – como Basilides y Valentin, antes que
Tertuliano e Ireneo, estaban fuertemente
influenciados por las ideas llamadas Gnósticas. Muchos de estos Primeros Padres
y incluyendo algunos defensores de la Fe pregonaban ideas que posteriormente
serian consideradas heréticas, pero que en boca de estos eran aceptadas de buen
grado, hasta el punto que siguen vigentes en la teología Cristiana.
Lamentablemente al tomar la forma de imperio, la Iglesia Cristiana se encargó
de destruir toda forma de expresión filosófica y religiosa considerada
peligrosa para la cristiandad y la nueva Iglesia.
1) Las
enseñanzas esotéricas de Cristo.
Sin dudas, la
mayoría de las escuelas gnósticas estaban inspiradas en las enseñanzas de Jesús
y más específicamente de Cristo, ya que los gnósticos hacen esta diferencia y
que consideramos de suma importancia. Que si bien hablar de Jesucristo no
brinda una unidad de idea, es importante diferenciar tal cual lo hicieran los
gnósticos, un Jesús hombre, con sus virtudes propias y un Jesús Cristo, ya
iniciado, ya devenido Mesías, Mensajero y Salvador del Mundo.
Mucho es lo que
se ha debatido sobre el carácter Esotérico de las Enseñanzas de Cristo, ya que
mucho alegan que a diferencia de otros maestros Jesús ha enseñado para el
pueblo y su gran proeza ha residido precisamente en ser el apostal del pobre,
de la prostituta, del ladrón.
Mas,
independientemente de esta perspectiva, la cual consideramos de suma
importancia. Es evidente que Jesús, como todos los maestros de compasión ha
transmitido su mensaje en dos niveles y eso esta evidenciado en su costumbre de
hablar en metáforas y parábolas, costumbre muchas veces cuestionada por sus
seguidores ya que estas les eran muy oscuras. Según HPB esta práctica
característica de Jesucristo es una
evidencia de su origen Nazareno y de su Iniciación entre los Esenios.
En este sentido
Mircea Eliade refiere cuanto sigue:
Junto a los cuatro evangelios y los Hechos de
los Apóstoles, aceptados por todas las comunidades cristianas, circulaban otros
textos amparados por los nombres de los
apóstoles: el evangelio de Tomas, el Evangelio de la Verdad, el evangelio del
Pseudo-Mateo, los Hechos de Pedro, los Hechos de Juan, etc. La mayor parte de
estos textos considerados apócrifos (pues contenían revelaciones que habían
permanecido ocultas hasta entonces) presuponían una doctrina esotérica
comunicada a los apóstoles por Cristo Resucitado y referente al sentido secreto
de los acontecimientos de su vida. A esta enseñanza secreta, conservada y
transmitida por la tradición oral apelaban los gnósticos.[2]
Pero además la
misma denominación de Christos, hace
referencia a una nominación de carácter mistérica, ya que según Blavatsky la
palabra significa en el sentido más esotérico “Sagrada Esencia que se
manifiesta en espíritu perceptible”, aunque la traducción mas típica de la de
“ungido” o “mensajero”. Cristo es el espíritu planetario una vez más encarnado,
para devolver el orden, la justicia y la bondad al mundo.
“Los primitivos Nazarenos pertenecientes a la
escuela Gnóstica creían que Jesús era un Profeta enviado por Dios para
enderezar los pasos de las gentes por el camino de la Justicia. A propósito
dice el Código de los Nazarenos: …. Y en consecuencia fue enviado Cristo el
príncipe de los Eones quien se infundió dominadoramente en la persona del
piadosísimo Jesús hasta que lo abandono para ascender a lo Alto” [3]
Es importante
entonces tener en cuenta que la figura y enseñanzas de Jesucristo es
preponderante para el surgimiento del gnosticismo, y es precisamente a partir
de ello que se genera gran parte de la
polémica de los 3 primeros siglos del cristianismo que habría de culminar en
actos de violencia por parte de los Monjes Cristianos, a falta de toda
posibilidad de argumentación lógica contra las ideas gnósticas.
2) El Apóstol San Pablo
El Apostal Pablo
considerado por muchos el verdadero
fundador del Cristianismo, ha sido una fuente de gran inspiración y, sus
escritos, por su carácter justamente esotérico, han servido de fuente para las
escuelas gnósticas Cristianas.
Pablo de Tarso nacido
en el Siglo I, romano de origen, se convierte al cristianismo a partir de una
experiencia única, el propio Cristo le hace aparición, cambiando por completo
el rumbo de su vida. Considerado el “Apóstol de los gentiles”, fue un hombre
versado en la sabiduría antigua, conocedor de las ideas neoplatónicas, poseía
una interpretación profana y personal de los evangelios, polémica para muchos.
Al decir de
Eliade “No solo emplea a menudo el
vocabulario religiosos helenístico (gnosis, mysterion, kyrios, soter, sophia)
si no que adopta ciertas concepciones ajenas al judaísmo y al cristianismo
primitivo. Así por ejemplo Pablo hace suya la idea dualista, fundamental para
el gnosticismo, de un hombre psíquico inferior y opuesto al hombre espiritual”
[4]
Así mismo, el
drama cristológico, que expone Pablo, recuerda un argumento soteriológico muy
antiguo. El del mensajero que desciendo de los cielos para bien de los hombres
y retorna al cielo una vez cumplida la misión. Es una doctrina que luego se ve
muy difundida entre los gnósticos, y que está relacionado con la doctrina de
los Avataras y expresada en siguiente en la Carta los Tesalonicenses: «Cuando se dé la orden, a la voz del
arcángel y al son de la trompeta celeste, el Señor en persona bajara del cielo;
primero resucitarán los cristianos difuntos, luego nosotros, los que quedemos
vivos, junto con ellos seremos arrebatados en nubes, para recibir al Señor en
el aire y así estaremos siempre con el Señor».
Siguiendo esta
línea, nos cabe citar a HPB, quien refiere que “…No cabe duda de que Pablo estaba iniciado, al menos parcialmente, en
los misterios teúrgicos, como lo denotan su estilo con la terminología peculiar
de los filósofos griegos y ciertas
frases que únicamente empleaban los iniciados. A mayor abundamiento, tenemos el
siguiente pasaje del apóstol:
…entre los perfectos hablamos sabiduría; mas
no sabiduría de este mundo ni de los arcontes de este mundo, sino que hablamos
Sabiduría de Dios en misterio, la que está encubierta…, la que no conoció ninguno
de los arcontes de este mundo.
[5]
Efectivamente, el
grado de “perfectos” era el último grado de iniciación en los misterios
Cristianos, mencionado por el propia Tertuliano.
Tal es pues el
carácter esotérico, de las enseñanzas de Pablo y tal su relación con los
movimientos gnósticos, que en muchas ocasiones se lo ha confundido con Simón el
Mago (el padre del gnosticismo occidental), y el propio Pedro le ha llamado así
de manera despectiva y como señal de desacuerdo con sus enseñanzas.
3) Los Esenios de Qumran
En referencia a
la relación de Jesús con la secta de los Esenios HPB escribe cuanto sigue:
Tanto este autor como Josefo – refiriéndose a
Filón o Filo Judio - han descrito la
secta de los esenios con suficientes pormenores para evidenciar que el
reformador Jesús, después de pasar la mocedad en los monasterios del desierto y
de haber sido iniciado en los Misterios, prefirió la vida independiente de la
predicación, convirtiéndose en terapeuta errante. Lo mismo Jesús que Juan el
Bautista anunciaron el fin de los tiempos, lo cual demuestra que conocían los
cómputos secretos de hierofantes y cabalistas, quienes con los priores de las
comunidades esenias poseían el secreto. [6]
Es mucho lo que
se ha escrito sobre la posible relación de Jesús con los Sabios Esenios. Pero
sin dudas uno de las fuentes materiales más importantes para corroborar este
hecho son los famosos Evangelios Gnósticos hallados en la actual Nag Hammadi,
en el desierto de Qumran, orillas del
Mar Muerto lugar donde habitaron desde por lo menos dos siglos antes de la era Cristiana una
secta Judia que luego serian conocidos como Esenios. Se dice de ellos que
conformaban una comunidad de hombres sabios y piadosos con grande conocimientos
y una vivencia espiritual muy profunda. Los Esenios fueron conocidos en la
antigüedad como “terapeutas” debido a sus dones para el arte de la curación,
con notable ya que Jesucristo también fue favorecido con este don como puede
comprobarse en los relatos bíblicos.
Se cuanta que el propio Pitágoras convivió con
ellos y compartió muchos conocimientos con este grupo de místicos y sabios.
Según los
manuscritos encontrados se evidencia que los Esenios tenían prácticas litúrgicas
y religiosas muy similares a las que eran comunes entre los cristianos
primitivos. A este respecto nos dice Eliade que…en Qumrán, el bautismo iniciático, que integraba al neófito en la
comunidad, iba seguido de Iustraciones rituales que se repetían cada año. Al
igual que la «fracción del pan» entre los cristianos, sus comidas tomadas en
común eran interpretadas por los esenios como la anticipación del banquete
mesiánico.[7]
Además del
sentido dado a estas prácticas que eran comunes entre todas las sectas
cristianas de los primero s tiempo, según lo constatan algunos de los rollos encontrados, entre los Esenios
encontramos arraigadas ideas dualistas típicamente Gnósticas como, por ejemplo,
lo contenido en El Rollo de la Guerra de los Hijos de la Luz contra los Hijos de las
Tinieblas.
También
encontramos unos Evangelio muy peculiares y relacionados con el sentido
esotérico de las enseñanzas de Cristo. Por nombrar solamente uno Los Evangelios de Tomas. Es importante
mencionar a este debido a que según las tradiciones Tomas, fue como el hermano
gemelo de Cristo, a quien por eso llamaron Didimo (Gemelo, Mellizo) y que
habría de recibir sus enseñanzas secretas.
Los cierto es que
después de la destrucción de Qumrán, hacia el 67 después de Cristo, por orden
de Vespaciano, los Esenios de dispersan y los que lograron escapar se unieron
probablemente a los núcleos cristianos palestinenses. En cualquier caso, las tradiciones apocalípticas y esotéricas se
mantuvieron en el cristianismo de los dos primeros siglos y alentaron ciertas
tendencias gnósticas.[8]
II.
Características de las doctrinas y representantes del Gnosticismo
Según
Blavastky el principal colegio gnóstico
estaba en Efeso, donde se aunaba la enseñanza de la filosofía oriental con la
de la platónica. Era uno de los focos de la universal doctrina secreta, el
laboratorio donde la elegante terminología grieg alquitaraba las filosofías
budista, zoroastriana y caldea.[9]
En
Efeso, asi como en casi todas las escuelas o colegios gnósticos enseñaba una
doctrina parecida. Algunos elemento comunes era:
-
Se obtiene la
liberación aprendiendo «lo que éramos y lo que hemos venido a ser, dónde
estábamos y adonde hemos sido arrojados, hacia qué fin nos apresuramos y de
dónde hemos sido rescatados, qué es el nacimiento y qué la regeneración »
-
El gnóstico
aprende que su ser verdadero (es decir, su ser espiritual) es de origen y de
naturaleza divinos, pero que ahora se
encuentra cautivo en un cuerpo; aprende igualmente que habitó antes en una
región trascendente, pero que luego fue arrojado a este mundo, que ahora camina
velozmente hacia la salvación y que terminará por ser liberado de su cárcel
carnal.
-
Existen tres
tipos de hombres: la clase de los “pneumaticos” espirituales, los perfectos o
hijos del rey, los que se salvarán; una segunda clase, la de los psíquicos,
comprende a los que tienen un alma (psyché) y, como tales, pueden ser atraídos
hacia lo alto, pero carecen de espíritu {pneuma). Finalmente, la tercera clase,
los «carnales» (somáticos o Micos), esté por completo inmersa en la materia y
condenada a desaparecer. La vana agitación de estas dos categorías de
individuos impone una transmisión secreta, esotérica, de la enseñanza.
-
Dios envía al
mundo a un ser primordial, o a su propio Hijo, para salvar a los hombres. Este
ser trascendente sufre todas las consecuencias humillantes de la encarnación,
pero logra revelar a algunos elegidos la verdadera gnosis redentora antes de
retornar finalmente al cielo.
-
Dios es una
Esencia Suprema e incognoscible. Para
los gnósticos, el verdadero Dios no es el dios creador, es decir, Yahvé. La
creación es obra de las potencias inferiores, incluso diabólicas, o bien el
cosmos es un remedo más o menos diabólico del mundo superior, concepciones
inaceptables tanto para los judíos como para los cristianos.
1)
Simón el Mago
Los apologetas cristianos denunciaron a Simón
Mago como el primer hereje y antepasado de todas las herejías. Según ciertos
historiadores, Simón no es un gnóstico stricto sensu, pero lo fueron sus
discípulos después de la catástrofe del año 70. Madame Blavastky, sin embargo,
lo considera como el “padre del Gnosticismo Occidental”. El apóstol Pedro chocó
con este movimiento en Samaría, donde Simón se proclamaba «la potencia de Dios
que se llama Grande».'6 En efecto, era adorado como el «primer Dios», y su
compañera, Elena, descubierta por Simón en un burdel de Tiro, era considerada
la última y más estragada encarnación del «pensamiento» de Dios (ennoia);
rescatada por Simón, Elena-ennoia se convirtió en mediadora de la redención
universal.
Simón Mago
interesa al historiador de las religiones sobre todo por la forma en que exaltó
a Elena y por la mitología que este hecho inspiró. La unión del «mago» y de la
prostituta asegura la salvación universal, porque esta unión es en realidad la
reunión de Dios y de la Sabiduría divina.[10]
El recuerdo de esta pareja excéntrica suscitó
verosímilmente la leyenda de Fausto, arquetipo del mago. En efecto, Simón era
conocido en Roma como Faustus (el «Favorecido») y su compañera había sido, en
una existencia anterior, Elena de Troya. Pero en el siglo 1 de la era cristiana
se recordaba sobre todo el enfrentamiento entre el apóstol Pedro y el mago.
Según la leyenda, Simón anunció en Roma su ascensión al cielo ante una notable
multitud de espectadores, pero la oración pronunciada por Pedro le hizo caer
lamentablemente. De esto, ultimo hecho sin embargo se duda y con mucho razón,
ya que hace posible alusión a la polémica entre Pablo y Pedro.
2)
Basilides
Clemente de Alejandría nos presenta al
gnóstico Basílides “dedicado a la contemplación
de las cosas divinas”. Nacido en Egipto. Dice el haber aprendido su
doctrina de Glauco discípulo de Pedro, el Apóstol y del mismo Mateo. Escribió
una obra de 24 tomos llamada “interpretaciones del Evangelio” que fue quemada.
Sus enseñanzas se resumen como sigue:
El Eterno
Padre, increado e incognoscible, engendró desde un principio la Mente (Nous),
de la que emanó el Logos , y de éste, a su vez, emanaron los espíritus humanos
(Phronesis o inteligencias). De Phronesis emanaron Sophía (sabiduría femenina)
y Dynamis (la fuerza).
En la Doctrina Secreta HPB hace referencia de
que de la realidad de despliega, según Basilides, como emanaciones de la
Sustancia Suprema, en 7 eones o huestes angelicales, de dos estas las
Potenciales y las Sapienciales se derivan todas las demás, sucesivamente de las
jerarquías celestes de la primera clase y dignidad, entre ellas Cristo, hasta
las más terrenales.[11]
Ireneo amplia sobre la doctrina de Basilides, acerca de
Cristo, con la siguiente explicación:
Cuando el
increado e innominado Padre vió la corrupción del género humano, envió a la
tierra a su primogénito Nous en figura de Cristo para redimir a cuantos
creyesen en él por el poder de los que construyeron el mundo. Apareció Cristo
entre los hombres en el cuerpo de Jesús e hizo milagros. Pero la entidad Cristo
no sufrió en la persona de Jesús, sino que sufrió Simón Cireneo, a quien prestó
su forma corporal. Porque la divina Potestad, el Nous del Eterno Padre no tiene
cuerpo y no puede morir. Por lo tanto, quien sostenga que Cristo murió, es
todavía esclavo de la ignorancia. Quien niegue la muerte de Cristo está libre
de error y comprende los designios del Padre. [12]
Finalmente es importante mencionar que entre
las doctrinas enseñadas por Basilides encontramos una muy común de la filosofía
oriental y es la que tiene que ver con la ilusión del mundo y de la material.
Si los
objetos de sensación son ilusorios y fluctuantes, no pueden ser reales.
Únicamente el Espíritu es real porque es inmutable. Así lo enseñó primero la
filosofía búdica y después los gnósticos que de ella derivaron su doctrina. La
entidad Cristo sufrió espiritualmente mucho más de lo que sufrió corporalmente
la personalidad ilusoria de Jesús clavado en el leño.[13]
De ahí la distinción que hacen los gnósticos
entre Cristo y Jesus, haciendo referencia a que son dos sustancias diferentes
por lo cual es el espíritu Cristico el que ha sufrido en la crucifixión, y el
que habla en Jesús a su Padre.
3)
Valentin
El más importante entre los maestros gnósticos
es sin duda alguna Valentín, que figuró entre los más grandes teólogos y
místicos de su tiempo. Nacido en Egipto y educado en Alejandría, enseñó en Roma
entre los años 135-160. Pero al no obtener la dignidad episcopal, rompió con la
Iglesia y abandonó la ciudad. AI elaborar su grandioso sistema, Valentín se
propuso explicar la existencia del mal y la caída del alma no en una
perspectiva dualista —es decir, por la intervención de un anti-Dios—, sino por
un drama acaecido dentro mismo de la divinidad. Ningún resumen podría hacer
justicia a la magnificencia y la audacia de la síntesis valentiniana, pero
tendrá la ventaja de omitir las innumerables genealogías, «emanaciones» y
«proyecciones» evocadas con una patética monotonía para explicar el origen y
relatar el drama de todas las realidades cósmicas, vitales, psíquicas y
espirituales.
Según Valentín, el Padre, primer principio
absoluto y trascendente, es invisible e incomprensible. Se une a su consorte,
el pensamiento (ennoia), y engendra las quince parejas de eones que, todos
juntos, constituyen el pleroma. El último de estos eones, Sophia, cegada por el
deseo de conocer al Padre, provoca una crisis como consecuencia de la cual
hacen su aparición el mal y las pasiones.
Precipitadas del pleroma, Sophia y las
creaciones aberrantes a que había dado origen producen una sabiduría inferior.
Una nueva pareja es creada en lo alto, el Cristo y su consorte femenina el
Espíritu Santo. Finalmente, restaurado en su perfección inicial, el pleroma
engendra al Salvador, llamado igualmente Jesús. AI descender a las regiones
inferiores, el Salvador compone la «materia invisible» con
los elementos hílicos (materiales) procedentes
de la sabiduría inferior, y con los elementos psíquicos forma el demiurgo, es
decir, el Dios del Génesis. Éste ignora la existencia de un mundo superior y se
considera el único Dios. Crea el mundo material y compone, animándolas con su aliento,
dos categorías de hombres, los «hílicos» y los «psíquicos». Pero los elementos
espirituales, procedentes de la Sophia superior, se introducen sin que él lo
sepa en el aliento del demiurgo y dan origen a la clase de los «pneumáticos».
Para salvar estas partículas espirituales cautivas en la materia, Cristo
desciende a la tierra y, sin encarnarse en el sentido propio del término,
revela el conocimiento liberador. De este modo, despertados por la gnosis, los
pneumáticos, y sólo ellos, ascienden hacia el Padre.
Como observa Hans Joñas, en el sistema de
Valentín la materia es de origen espiritual y se explica por la historia
divina. En efecto, la materia es un estado o una «afección» del ser absoluto;
más exactamente, «la expresión externa solidificada» de ese estado. La
ignorancia (la «ceguera » de Sophia) es la causa primera de la existencia del
mundo, idea que nos recuerda las concepciones indias (compartidas por ciertas
escuelas vedánticas y por el Samfehya-Yoga). AI mismo tiempo, y lo mismo que en
la India, la ignorancia y el conocimiento caracterizan dos tipos de ontología.
El conocimiento constituye la condición original del absoluto; la ignorancia es
la consecuencia de un desajuste producido en l intimidad misma del absoluto.
Pero la salvación aportada por el conocimiento equivale a un acontecimiento
cósmico. La redención del último «pneumático» irá acompañada de la aniquilación
del mundo.[14]
III.
Conclusión
Habiendo
repasado algunos aspectos más resaltantes de lo que ha sido el gnosticismo, y
más específicamente la línea de la tradición cristiana, concluimos que, en
efecto, la labor de estas escuelas y colegios, llamados movimientos heréticos,
ha sido crucial para revitalizar y reactualizar el sentido esotérico de las
enseñanzas de Cristo y en cierto sentido
el método esotérico- apocalíptico de interpretación u exégesis de los textos bíblicos (pesher) es pues mantenido en el seno del
cristianismo por obra de estos “primeros padres” que vivenciaron muy de cerca el gnosticismo.
Consideramos
que el movimiento gnóstico no solamente ha servido de catalizador de las
enseñanzas esotéricas de Cristo si no
que ha representado un esfuerzo de un grupo de místicos y sabios por tradere las enseñanzas de los grandes
sistemas filosóficos y de las religiones naturales hacia el tiempo en que les
toco vivir. Fueron portadores de conocimientos ancestrales y transmisores de un
bagaje de conocimientos que estaban siendo olvidados y perdidos en un mundo
signado por la decadencia del gran imperio Romano y el surgimiento del
Cristianismo, en un proceso dialectico y paulatino.
Bibliografía
-
Eliade, Mircea.
Historia de las Ideas y las Creencias Religiosas. Tomo II. Paidós Orientalia.
2011.
-
Blavatsky, Helena
Petrovna. La Doctrina Secreta. Tomo V. Kier 2009.
Blavatsky, Helena Petrovna. Isis Sin Velo Tomos II y III
Blavatsky, Helena Petrovna. Isis Sin Velo Tomos II y III
[1]
Eliade, Mircea. Historia de las Ideas y Creencias Religiosas. Pag. 434
[2]
Eliade, Mircea. Historia de las Ideas y las creencias Religiosas. Pag. 430.
[3] HPB,
Isis sin Velo, Tomo III. Cap. III, Pag. 153
[4]
Eliade, Mircea. Historia de las Ideas y las Creencias Religiosas. Tomo II. Pag.
411
[5] HPB,
Isis sin Velo, Cap. II, Pág. 37
[6]
HPB, Isis Sin Velo. Tomo III, Pág. 144.
[7] Eliade,
Mircea. Historia de las Ideas y las Creencias religiosas. Tomo II. Pag. 416.
[8]
Eliade Mircea. Historia de las Ideas y las Creencias religiosas. Tomo II. Pag.
417.
[9]
HPB, Isis Sin velo, Tomo III. pág. 15
[10]
Eliade, Mircea. Historia de las Ideas y las Creencias religiosas. Tomo II. Pág.
438.
[11]
HPB. Doctrina Secreta. Tomo V.
[12] HPB,
Isis sin Velo, Tomo III. Pág. 134
[13]
HPB, isis Sin Velo. Tomo III.
Pág. 157.
[14] Eliade, Mircea. Historia de
las Ideas y las Creencias Religiosas. Tomo II. Pág. 441, 442.
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